miércoles, 27 de junio de 2012

Política Libro V


Quisiera presentar a través de este ensayo un comentario al libro V de la Política de Aristóteles y una comparación del mismo con la situación del régimen político de nuestro país, porque me parecen muy actuales algunas críticas que hace Aristóteles a los distinto régimen vigente en su época.
Primeramente aclarar que para Aristóteles todos los hombres tienen la capacidad de reconocer la justicia y la igualdad, pero se equivocan en el modo de alcanzarlas. Y esto lo analizaría como se dan en los distintos regímenes políticos.
En la democracia se supone que por ser iguales en un aspecto deben ser iguales en todo, se piensa que por ser todos igualmente libres, han de ser absolutamente iguales. Por su parte, para la oligarquía, que por ser desiguales en un aspecto, han de ser desiguales en absoluto, en la adquisición de bienes tiene que ser totalmente distinto siempre procurando tener más que los otros. La revolución se impone cuando ambos bando no obtienen en la república la parte que estiman corresponder a las ideas que sustentan:
“Los ciudadanos se sublevan, ya en defensa de la igualdad, cuando considerándose iguales se ven sacrificados por los privilegiados; ya por el deseo de la desigualdad y predominio político, cuando, no obstante la desigualdad en que se suponen, no tienen más derechos que los demás, o sólo los tienen iguales, o acaso menos extensos”[1].
Vemos entonces que la revolución tiene por causas la búsqueda de la igualdad o desigualdad, que se puede dar por distintos factores: el lucro, el honor, la soberbia, el miedo, el afán de superioridad, el desprecio, el incremento desproporcionado de poder, la negligencia, la mediocridad y la disparidad.
Según Aristóteles las revoluciones en la Democracia se producen a veces, porque los demagogos insultan a las clases superiores con la mira de agradar al pueblo y promueven su unión, denuncian falsamente a lo que tienen riqueza e insisten a los de la clase inferior para aliarse en contra de los ricos, esto hacen muchas veces repartiendo las propiedades o reduciendo sus ingresos por la imposición de servicios públicos:
En la democracia las revoluciones nacen principalmente del carácter turbulento de los demagogos. Con relación a los particulares, los demagogos con sus perpetuas denuncias obligan a los mismos ricos a reunirse para conspirar[2].
Estas afirmaciones podemos comparar con nuestra realidad política, pues en este país los políticos no hacen más que hablar a espalda de los grandes trabajadores quienes son estorbos para los grandes demagogos de nuestro país que quieren perpetuarse en el poder y crean sus propios discurso para mantener engañadas a la gente. Lastimosamente nuestra gente de dejan llevar por el fanatismo y actúan desde sus sentimientos y sus convicciones políticas
Este tipo de gobiernos se destruyen sobre todo por la desviación de la justicia en la forma misma del gobierno. Y como vemos podemos encontrar muchas similitudes en las desviaciones de estos dos regímenes. Por eso decía que el pensamiento político de Aristóteles tiene mucha valides y actualidad y nos sirve como una herramienta para poder analizar cualquier sociedad en nuestro día.


[1] Aristóteles. La Política. 13ª ed. México: Porrúa S A, 1992, 244
[2]Ibid, 248.